sábado, 24 de octubre de 2009

Edit the Sad Parts

Ayer escuché que los osos polares se tapan la naricita con la garra cuando van a cazar o hibernar, para que se vea todo blanco y se camuflen con la nieve. Lo que no se tiene claro es cómo demonios saben ellos que son blancos, que tienen la nariz negra y se la tienen que tapar...¿Hay algo más entrañable que un gran oso tapándose la naricita con una gran garra? La naturaleza me fascina a veces. Otros que me flipan: los Kiwis de Nueva Zelanda, probablemente el bicho más repulsivo a la par que adorable que puede uno encontrar en el planeta tierra. Nacieron contrarios a todo razocinio humano: enanos,contrahechos, con alas ridículas con las que les resulta imposible volar, ciegos y medio sordos.
Tienen el pico largo como un día sin pan, viven de noche y en la tierra ya que no pueden llegar a los árboles. Comen cualquier cosa que pillen, desde una patata frita hasta cualquier porquería muerta y lo mejor de todo: es el macho quien empolla a sus huevos mientras la hembra de larga de fies. Hasta ahora solía preguntarme cómo podían sobrevivir estos pobres animaliilos en este mundo inhóspito y cruel, pero hace poco leí que estaban en peligro de extinción, así que me puse muy triste. Imagino que todo lo que alguna vez fue bonito, acaba por extinguirse irremediablemente, quizá el kiwi sólo es el reflejo de lo que alguna vez fue bello y está a punto de morir.

Considero que hay demasiadas aves rapaces repudiadoras y muy pocos kiwis en mi vida. Localizar y cuidar a esos kiwis se ha convertido en mi prioridad desde hoy porque, a pesar de la aparente belleza deslumbrante de los rapaces, todos sabemos que en el fondo son unos gilipollas integrales.

Y ¿cómo sabe la aspirina dónde me duele? No tiene nada que ver pero me lo pregunto recurrentemente.

Me encantó esta peli (Moon) y su banda sonora me parece flipante.